31 mayo 2005

Hablando en Serie: Perros

Lo llaman el mejor amigo del hombre. Hay que joderse. Francamente prefiero las videoconsolas. Vale, no dispensaran tanto amor, pero en el fondo son igual de entretenidas y no tienen necesidades fisiológicas de las que tu debas encargarte. En pocas palabras: a mi Súper Nintendo no tenía que recogerle la mierda con una bolsa de plástico.

Pero, en contra de lo que se podría pensar, los verdaderos problemas no surgen cuando tú eres el dueño del animalito. Al fin y al cabo, a todo se habitúa uno. Cuando resultan verdaderamente molestos es cuando pertenecen al prójimo. Y en ese caso, ni amor, ni diversión ni leches que lo compense, oiga.

Para colmo de males, es imposible prever una estrategia contra ellos. Vamos, que aquí no vale con llevar un spray de pimienta como con los violadores. Pues, a parte de están legalmente mejor cubiertos, se presentan en formas más variadas y numerosas.

Para empezar y encabezando las listas de criaturas urbanas más odiadas, se encuentra el tradicional “perro patada”, también conocido como “callalaboca” o “chucodemierda”. Estas deleznables criaturas tienen como principal entretenimiento liarse a ladra cuando pasas, totalmente ignorante de su presencia (y de la de su dueña) a menos de cuatro metros de ellos.

Y, joder, deben de llevarles los cojoncillos agarrados con pinzas, por que sino ya me dirán que alarde de la naturaleza consigue semejantes chillidos. Mientras, claro esta, la dueña le chista y le dice “¡Loli cállate!” poniendo tono severo. ¡Señora, pero si la perra no le hace ni puto caso!

En cualquier caso, este tipo es un testimonio viviente de cómo hace siglos que la evolución del perro dejo de guiarse por aquello de “la supervivencia del más apto”. Por que vamos, a las cagarrutas esas quisiera ver yo ladrando a los leones del Serengueti.

Otro tipo que hace las delicias del ciudadano de a pie es el “cariñoso”, también conocido como “lamierdaelperro”. Este tipo de can siente un afecto enfermizo por sus superiores humanos y tiende a demostrarlo poniéndote las patas delanteras, llenas de mierda, en los pantalones blancos.

Esta clase de perro tiene, además, la característica de encontrarse contigo, siempre, en el ascensor, lo cual imposibilita la escapada y, además, asegura que acabas de ponerte los pantalones blancos limpios.

Por supuesto, la táctica de control de sus dueños no da mejores resultados que la empleada con los “perro patada”. Una serie de firmes pero cariñosos tirones de correa. Con ellos se pretende hacer entender la orden al animal, sin causarle traumas de ningún tipo. El trauma es el que va a tener el dueño cuando le meta mis nuevos pantalones moteados por el culo, a ver si así aplica un poco más de fuerza a los tirones de correa.

Existe una variante de este tipo mucho más sofisticada. Se trata de una mina anti-persona con detonador por tacto. El animal, en cuestión, suele quedarse quieto, sobre los cuartos traseros, meneando la cola. Suelen contar con un adorable parche de pelaje de distinto color en torno a uno de los ojos para incentivar la caricia. Y es, precisamente en el momento del contacto, cuando este “cariñoso de incógnito” toma la actitud del tipo base.

Esta técnica tiene como ventaja que ni siquiera puedes mirar mal al dueño, pues al fin y al cabo has sido tú el desencadenante del frenesí canino.

Una subclase especialmente peligrosa del “cariñoso” es el “follador”. Enemigo público número uno de los servicios de limpieza de portales y, en general, de cualquier profesional que hinque las rodillas. Lo increíble de este tipo es que, a pesar de lo jodidamente sórdido que resulta, prácticamente todo el mundo ha tenido alguna experiencia relacionada con él. Estados Unidos esta pensando crearlos genéticamente para bombardear las mezquitas en los momentos de oración.

Aunque si hay un tipo digno de estudio es, sin duda, el “tripi-perro” o “miraaeseperrotio”. Hacer un seguimiento de los orígenes de estas mascotas permitiría desmantelar la gran mayoría de laboratorios de estupefacientes del mundo civilizado, o como poco, empapelar a su amo por enchufar el animal al cargador del móvil.

Los comportamientos de este tipo de can son bien conocidos: perseguirse la cola; perseguir insectos que, obviamente, no alcanzarían ni con un torpedo en el culo; perseguir papeles; perseguir su imagen en un espejo; perseguir globos de helio que se alejan en el aire; o, sencillamente, dar vueltas sobre si mismo o sobre cualquier otro punto de referencia fijo o móvil. Mención especial al “tripi-perro follador” que actúa igual que su homologo “cariñoso” pero con objetos inanimados como farolas, papeleras o cactos.

Para escándalo de ancianos y despijote de adolescentes tenemos al perro “exhibicionista” o “miraquetrocolotio”. Este tipo de perro, bastante desagradable, basa su estrategia de molestia en los juegos de proporciones.

El primer subtipo esta dotado de un misil balístico aire-perra que no se lo salta un pura sangre con esteroides. En líneas generales, seria de los tipos menos molestos si no fuera por que sienten una especial atracción por los locales de comida alemana. Cuando este perfil se junta con el “follador” los resultados son escalofriantes. Si además se le une el “tripi-perro”, no hay urbe que amortice el gasto en farolas. En cualquier caso, siempre puede servir para escoger adecuadamente a tus amigos: evita a aquellos que exclaman “Dios, me molaría tenerla como aquel perro”.

El segundo subtipo, juega a un deporte similar, solo que en cancha distinta. En este caso se trata de la cancha del patio de atrás. Y la pregunta es ¿qué cojones le dan de comer a ese animal? Es decir, seguro que hay un buen par de sólidas leyes biológicas que eviten que un ser vivo cague su peso en mierda y, lo que es más, en un único cilindro.

En ocasiones los servicios de limpieza han dejado algunos de estos desechos pensando que se trataba de una de esas esculturas post-arte que últimamente se ponen en las ciudades. Por que claro, al igual que su subtipo hermano, estos canidos no se conforman con ostentar sus “atribuciones” en lugares privados, sino que tienden a hacerlo en medio de la calle y, en dirección a la mayor acumulación de gente, mientras su dueño silba “La Bamba”.

Con esto de la economía del bienestar y el estatus del lujo, comienzan a darse como hongos los perros “extrangulables” o “tocateloswebos”. Joder, esos bichos tienen acceso a servicios que yo ni siquiera sabia que existían. Vamos, es que estoy pidiendo en una esquina, me pasa delante un perro mejor vestido que yo y ese día como carne. Con toda esa hostilidad a su alrededor no me extraña que luego tengan que llevarlos a centros de relajación para hacerles un tratamiento de rejuvenecimiento.

Por otro lado, debo confesar que ha contribuido a ampliar mi visión sobre el vacío profesional. Reconozco que desde que me entere de que hay personal encargado de dar masajes faciales a chuchos, ya no creo que ser vendedor en una tienda de marcos sea el trabajo con menos proyección del Universo.

Y por ultimo, otro tipo algo menos común. El “acojona niños” o “mastica tibias”. Este tipo suele limitarse a gruñirte amenazadoramente mientras se acerca con lentitud y tus colegas corren a pedir ayuda al sheriff del condado más próximo. El dueño de este perro, que generalmente suele ser del tamaño del can, o menos, tiende a recordarle, ocasionalmente, al animalito que se aleje de la victima. Aunque el que esta realmente lejos es él. A todos nos molestan las manchas de sangre.

Pero ¡ah, pobre pecador! ¡Librete Dios de arriesgar daño alguno para con el animal! Por que resulta que el dueño es del tipo “perro patada” con modulación de voz incluida y estará muy poco dispuesto a aceptar que el que tu fémur asome por el muslo sea excusa suficiente como para agredir a “Pocholo”.

Desde luego, no son todos los que están, pero sirvan para hacerse una idea de la amenazas constante con la que vivimos. Y es que sigo pensando que, si tu mejor amigo te mea en las macetas del pasillo y te deja el sofá lleno de pelos (incluso cuando no esta borracho) deberías cambiar de amigos.

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Nota del Autor: agradecimiento especial a Fer por su colaboración y apoyo.

5 comentarios:

El Hombre del Traje Blanco dijo...

Es aun peor cuando tu novia tiene la obligacion de detenerse ante CUALQUIER perro para decir lo mono que es. Y librate tu de decir algo como:
-Menuda bestia
-Yo le soltaba una hostia pa que callase
-Cagon el perro
-Es un perro patada

Acabas traumatizado, te lo digo yo xDDDDDDD

WaaghMan dijo...

Se te ha olvidado uno muy común: El perro marmota, que no hace más que dormir y pasa de todo... claro que esta versión no suele ser molesta si no te tapa el camino :P.

La verdad es que yo tampoco sé para qué sirven...

Abe dijo...

Uuuh, un post-queja; mira que si le coges el gusto... :)

Anónimo dijo...

Creo que eres un tarado. Los animales son hermosos, y cualquiera vale más que tu. De seguro opinas de ellos así porque tu madre te parió por error y esa opinión tiene de ti.

Rochgs dijo...

Alguien con una capacidad lectora tan limitada como la tuya, debería ser mas comedida en sus comentarios.