19 febrero 2007

«Esos Días»

José se incorporó a por un vaso de agua. Al darse la vuelta vio con sobresalto que, en el centro de la habitación, otro chico le observaba:

- Hola. Soy tu menstruación.

José no reaccionó. El recién llegado, aunque vestido de rojo de pies a cabeza, era su vivo retrato:

- ¿Qué? - balbuceó.
- Que soy tu menstruación.

José se sentó de nuevo, aturdido.

- ¡Pero soy un chico! - articuló al fin.

José Menstruación le observaba negando condescendientemente con la cabeza:

- ¿Y eso qué tiene que ver?
- ¡Joer! ¡Pues todo! La Naturaleza...

La frase del muchacho fue interrumpida por un sonoro chasquido desaprobador de su interlocutor:

- La Naturaleza. ¡Por favor! Estamos en el siglo XXI. No debemos permitir que la naturaleza nos mantenga lastrados pata siempre.

José dudó atónito por unos instantes.

- Pero yo no noto nada...
- ¡Anda! ¿Y que quieres notar?
- Pues no sé... Las mujeres siempre dicen que estos días no son muy agradables. Y bueno, no soy un experto ni nada, pero creo que debería haber algo de sangre implicada...

Al expresar este último pensamiento, miró en rededor, temeroso de que otro «él» de rojo apareciese de la nada, armado con un cuchillo y decidido a mostrar a la Naturaleza lo avanzados que estaban en el siglo XXI.

Pero nadie más apareció. En su lugar, Menstruación respondió con toda naturalidad:

- Ah. Eso. Me temo que aun no hemos podido alcanzar tal grado de refinamiento.
- ¿No «han podido»? ¿Quienes?

La horrible idea de que pudiera haber más Josés Menstruación en alguna parte volvió a asaltarle con más fuerza.

- El Partido.
- ¿Lo qué?
- El Partido esta apostando por la igualdad de género como pilar fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad.

José miro largamente a su interlocutor. Quién, por otro lado, no parecía tener prisa alguna.

La verdad es que nunca había estado demasiado interesado en política. Siempre había creído que no importaba. Las cosas seguirían igual. De haber sospechado, siquiera, que iban a enviarle a su regla hubiera prestado más atención. Quizás incluso hubiera habido alguna votación al respecto. O, al menos, alguna iniciativa en contra: yonovulo.com o algo así.

De todas formas, aquello era demasiado absurdo, incluso para la política nacional. José se aseguró en su silla y, con decisión, inició el debate:

- ¡Pero la regla es mala! ¡Harían mucho mejor en mitigar sus efectos en las mujeres!
- En absoluto. La menstruación es una parte de la identidad de la mujer. Es política reconocida de nuestro partido defender la preservación y fomento de este tipo de manifestaciones de la tradición y el ser popular.

Tratar de comprender algo de todo aquello hizo que José se removiera incómodo en su silla:

- Es decir, que no quieren mitigar la regla por que es un símbolo de identidad de la mujer; pero, para conseguir la igualdad entre sexos, van a ampliarla también a los tíos.
- Esa es nuestra propuesta.
- ¿¡Pero si también la padecemos nosotros, eso no afectará a su papel como forma de identidad femenina!?
- Creemos firmemente que el nuevo enfoque la dotará de mayor significado, erigiéndola como símbolo representativo de la sociedad a la que aspiran los principios del Partido.
- ¡Todos con regla!
- Precisamente.
- ¡Su madre!
- No te preocupes. El mal humor es muy habitual en tu estado.

José tomó unos instantes para calmarse que su menstruación aprovechó para sentarse tranquilamente en la cama.

- ¿Entonces vas a quedarte aquí toda la noche?
- Así es. De hecho estaré contigo unos días. Lo típico: algún golpe en el estómago; despertarte en mitad de la noche. Esa clase de cosas.

José cerro los ojos y suspiró. Durante unos instantes permaneció así. Finalmente, se levantó abatido, se acercó a la estantería y marcó tras coger el teléfono móvil:

- Cari... Si, soy yo... Veras, es que tengo un problema sobre el que necesito que me des algunos consejos... ¿Eh...? No, me temo que esta noche no va poder ser... Veras, es que estoy en «esos dias»...

5 comentarios:

Fer dijo...

xD

Guti dijo...

Muy bueno :-)

Pero me temo que algún instituto de la mujer, o cosa así, te daría gorrazos si llegar a leerlo.

Ten cuidao no acabes en el telediario :-) Que pa estas cosas, el siglo XXI es muy suyo.

WaaghMan dijo...

Realmente atemorizante :|

El Aprendiz dijo...

Por eso tengo estas molestias últimamente...

Aunque alguno ya me había advertido que tenía ovarios...

Anónimo dijo...

Es tan, tan, real que asusta.

Que bien se te da esto condenado.